El director colombiano Víctor Quesada presenta Milo y yo, una serie televisiva que pone en primer plano el papel invisible de los hermanos de personas con discapacidad cognitiva. Actualmente se transmite por canales regionales como Telecafé y Telepacífico, y busca abrir conversaciones urgentes sobre salud mental, vínculos familiares y redes de apoyo.
Víctor Quesada, reconocido por su sensibilidad escénica y su trayectoria en el teatro colombiano, se lanza nuevamente a la televisión con una propuesta que rompe esquemas. Milo y yo es una historia que no busca grandes efectos, sino emociones verdaderas, de esas que se quedan resonando días después de verlas.
Queríamos contar la historia desde el punto de vista de los hermanos, los que siempre son ignorados.
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El director Quesada lo tiene claro: Milo y yo no es solo una serie, es un acto de sensibilidad. En esta producción, que se abre paso en los canales regionales del país, la cámara no se posa solamente sobre Milo, un joven con espectro autismo, sino sobre Juana, su hermana, quien ha vivido en la sombra durante años.
“La salud mental es un tema urgente”, dice Víctor, “Los hermanos de personas con discapacidad suelen quedar fuera del relato. Muchos sufren depresión o un profundo sentimiento de abandono, y esta serie busca poner ese dolor sobre la mesa, sin romantizarlo”.
En un momento donde las narrativas emocionales encuentran eco en las audiencias, Milo y yo se convierte en una ventana hacia las historias que poco se cuentan, pero que muchos viven, eso diferente que merece tener voz.
En tiempos digitales, el melodrama como grito emocional es una apuesta clásica y como director Víctor Quesada es consciente del cambio de época y de hábitos. “Las nuevas generaciones se conectan diferente, no sólo por plataformas como Netflix, sino con contenidos más ágiles en redes”, explica. Aun así, decidió mantener una estructura clásica. “Apostamos por el melodrama, no por la telenovela como tal, sino por esa capacidad que tiene de llevar las emociones humanas al extremo”.
Lejos de los recursos técnicos grandilocuentes, Milo y yo apuesta por una narrativa sólida. “Queríamos conmover, plantear preguntas profundas: ¿Qué haces cuando te toca hacerte cargo de alguien que es tu familia, pero que no conoces del todo?”
Su experiencia en las tablas marcó su estilo: “En teatro el silencio y la pausa tienen peso. En televisión, el lente y su ubicación lo son todo”, explica. Por eso, su dirección busca capturar emociones desde la sutilidad. “Las actuaciones son contenidas, no por frías, sino porque lo mínimo puede decir mucho. Es otro lenguaje, pero la historia sigue siendo lo esencial”.
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Una historia que también fue personal
Víctor confiesa que esta serie lo transformó. “Mi compañera de vida, Laura Pérez Montaña, protagoniza la serie. Su hermana, Sofía, tiene síndrome de Down. A través de ellas comprendí que debía dejar de romantizar la discapacidad y empezar a contar desde el respeto, desde lo real”.
La historia no solo es una simple creación profesional, también es un reflejo de algo íntimo de su vida. “Me devolvió al Víctor que quiere hacer contenidos que lo movilicen, que digan cosas que importan”.
Aunque Milo y yo ya fue emitida por Telecafé, actualmente se transmite por Telepacífico. Próximamente llegará a Canal Capital y otros canales regionales. Aunque hay proyectos en movimiento, Quesada ha decidido tomar un respiro: “No quiero hacer cosas solo por estar vigente. Quiero hacer cosas que me vuelvan a tocar el corazón”, lo que demuestra la pasión con la cual se creó esta historia un motivo más para no perderse este melodrama.
¿Dónde seguir esta historia?
- Instagram del director: @vicoq
- Canal regional de tu zona: revisa la programación de Telepacífico o Canal Capital.
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Foto destacada Redes sociales Quesada.

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