La selva vuelve a tragarse a Arturo Coba, Alicia y Clemente Silva, esta vez sobre el escenario. En el marco de su 40° aniversario, el Teatro Petra estrena la adaptación de «La Vorágine», el clásico de José Eustasio Rivera. Bajo la dirección de Fabio Rubiano, esta producción no solo lleva al escenario el infierno de la selva y el horror de los crímenes de la Casa Arana, sino que también establece un puente inquietante entre el pasado y el presente de la sociedad colombiana.
En Eskaparate.co estuvimos en el ensayo y según los actores, la adaptación no solo honra la obra original, sino que la utiliza como un espejo para examinar temas que, a pesar del paso del tiempo, siguen siendo relevantes: la violencia, el machismo y el activismo.
El proceso exigió una profunda investigación y la transformación del lenguaje literario en acción dramática. “El lenguaje en la novela es absolutamente poético, pero cuando uno se pone poético en escenario, la pieza se cae. Lo importante era rescatar las tensiones: las historias de amor, el enfrentamiento entre colonos e indígenas, el antagonismo de Narciso Barrera”, señaló Fabio Rubiano autor y director de ‘Perderse».
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Por su parte Lucho Velasco, quien interpreta a Clemente Silva, describió el proceso como un ejercicio de investigación: “Hay que encontrar pistas de cómo piensa y vive el personaje. Mi propósito era transmitir esa búsqueda desesperada de su hijo, que es lo que mueve toda su acción”.
El montaje también ofrece perspectivas femeninas. Una de las actrices destacó la riqueza de encarnar personajes que, aunque separados por cien años, comparten un espíritu rebelde: “Fue muy bonito ver cómo desde diferentes épocas las mujeres mantienen una lucha por la dignidad frente a lo patriarcal”.
“Una historia que se escribió hace cien años para denunciar crímenes importantes… sigue siendo relevante hoy”, dijo Alejandra, quien interpreta a Alicia, y agregó que considera a Rubiano como “un nirvana artístico”, resaltando así tanto la vigencia del mensaje de La Vorágine como la profundidad de sentirse inspirada por una dirección que convierte la literatura en experiencia viva.
La propuesta busca, más que reproducir la obra original, invitar a leerla desde una mirada contemporánea. “Cuando la gente vea nuestra versión, queremos que le dé ganas de leer La Vorágine”, explicó Rubiano, quien asumió el reto de condensar la historia en una hora y quince minutos.
La expectativa del elenco es que el público se conmueva, se ría, se indigne y reflexione. “Queremos que, al salir, piensen que eso que pasó hace cien años todavía sigue pasando”, concluyó Velasco. La selva de papeles, cables y máquinas construida en escena recuerda que La Vorágine no pertenece solo al pasado: es una obra que, como la misma selva, sigue viva y devorando realidades en la Colombia de hoy.
La obra estará disponible hasta el 28 de septiembre en la Sala Delia Zapata del Centro Nacional de las Artes. Podrán adquirir sus boletas en el siguiente enlace o en la taquilla del teatro.
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