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Hay días de días, días en que pulula en ambiente un intenso deseo de escribir, de dejar que las musas se camuflen en el espíritu, días en que una promesa rompe los estereotipos sociales, días en que el linaje ancestral llama a la sangre, días en que el relato es la fuente convexa del lenguaje. Días en que la escritura inevitablemente se revela, vislumbrando el nacimiento de un artista cuya narrativa nos obliga a emprender un viaje a la invención literaria, superando incluso los límites de la ficción.

Pocos escritores, tienen la capacidad de encauzar un narrador en segunda persona con la particularidad de plasmar la totalidad desde un único personaje, conservando los elementos de la descripción, la literatura colorada, transmitir a través de un interlocutor las emociones y abrir paso a la hibridación cultural de múltiples universos que, mezclados entre sí, van más allá de “Algo por contar”

En algún momento la necesidad de salir de la rutina, de los conflictos personales, nos han hecho pensar en escapar, en explorar el mundo, en desbastar el confín reservado de las experiencias cercanas y darnos un respiro diferente en medio de la aventura, el erotismo, el romance. Dicho de otra manera, la síntesis emergente de la vida.

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Makhabith es también gestor cultural, fundador y director junto a su pareja de la organización literaria Grammáta Escritores. Imagen: Cortesíaautor

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Makhabith Ross un escritor colombiano, oriundo de la ciudad de Popayán es quien a través de su narrativa en “Algo por contar”, nos obliga a replantear los conceptos de fortuna y fatalidad con una escritura ficcional profética en medio de una elipsis trágica perfecta. Makhabith tiene el don de jugar con las palabras, desde muy joven ha sentido fascinación por profundizar en los diferentes subgéneros de la creación literaria. No obstante, su inspiración parece estar centrada en el costumbrismo americano, cuya evidencia notable es la inserción de un personaje hibridado entre su naturaleza tribal y las referencias socioculturales del espacio al que pertenece.

Siendo Makhabith Ross, un escritor colombiano, logra documentar de manera profesional la pragmática de la lengua además de las costumbres del pueblo mexicano, enganchando al lector en el umbral cultural que nos une y a la vez nos separa al darnos una estocada final, somos un mismo pueblo… Un pueblo oprimido, folclórico, soñador, aventurero que en el fondo de su sentir desea prevalecer en la reminiscencia, hacer parte de la historia; quizás por ello, encuentro interesante la visión de mundo del personaje central Carmelo Santana Morell pues, el autor rescata milimétricamente elementos del flashback, un paralelismo basado en la evocación de guardar nuestro legado, por si algún día, dentro de esos días, hay algo por contar.

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Makhabith nos enseña a seguir más allá de los límites de la ficción, es una apuesta por un sueño.. Imagen: Cortesía autor.

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Lo sorprendente del estilo de Makhabith, está en que nos puede relatar de mil formas, variar el núcleo narrativo, el contexto, espacio, ambiente, tendencias de los personajes. Puede crear una historia propia del campesinado colombiano y de la misma manera, un héroe mexicano conservando la identificación de los diálogos, travesear con la sonoridad de las palabras, respetar el legado indígena, el mestizaje, la memoria histórica de nuestro país o del país al que haga mención, sin que se pierda la magia de leerlo o inclinarse curiosamente hacia otra identidad cultural.  

Makhabith es también gestor cultural, fundador y director junto a su pareja de la organización literaria Grammáta Escritores, organización que nace en 2020 en Colombia, como una oportunidad para los escritores latinos de encontrar herramientas de la teoría de la literatura, en medio de un aprendizaje colectivo, que permita mejorar la calidad de los escritos, en consecuencia, abrir espacios culturales que revindiquen la escritura, el desarrollo del argumento textual y lo más importante, brindar a quienes hacen parte de la organización, los mecanismos para publicar sus obras y dar a conocer su trabajo en un contexto en el que ser artista resulta complejo, especialmente cuando el talento, la vocación y el propósito, se ven oscurecidos por la relación del costo-beneficio, (económicamente hablando) Grammáta es entonces, desde el sentido metafórico y literal de la palabra un desafío.

Posiblemente, se gane o se pierda, pero es un reto que Makhabith nos enseña a seguir más allá de los límites de la ficción, es una apuesta por un sueño.  Los invito como siempre a conocer a Makhabith Ross, la escuela de formación literaria y desde luego su estilo narrativo que les aseguro, les encantará.

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Mónica Andrea Rodríguez Ospina
Mag. Creación Literaria.

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