Vincular el arte en procesos de investigación puede ser una paradoja especialmente, cuando la danza refleja en una fuerte idiosincrasia la expresión corporal. Es decir, que hace parte del símbolo profundo, de la necesidad del ser humano en conectar con la energía que algunos maestros holísticos llaman espiritual. Más allá de eso, se conoce a un pueblo por su legado, sus costumbres y su música. La danza es la base de la literatura, de la tradición oral, primero nace la lírica, luego se enardece la letra. Prueba de ello, son los egipcios cuya identidad cultural en pleno siglo XXI todavía se sigue estudiando.
La danza oriental comprende una fuerte fascinación que se expande por el mundo, dirigida a diversas clases de público que pueden variar dependiendo del periodo histórico o social paralelamente, oriente y occidente se hibridan a partir de la música, los europeos heredan las raíces del raqs el shaqi^ ( Raks Al Shark) y de algún modo se convierte en la liberación del cuerpo femenino a través de una disciplina que sentó la base estética de lo que hoy se conoce como “belly dance” o danza del vientre. Líbano, Turquía, Egipto rompen las fronteras para enseñarle a las mujeres que pueden elevar su feminidad en un contexto donde parecen competir con los hombres.
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“Memorias de una bailarina”
Es allí, en medio de la modernidad donde nace “Memorias de una bailarina” un libro de línea investigativa y anecdótica escrito por Angie Fandiño al enseñarnos a explorar en cada grafema la pasión que surge por la tradición oriental, en las que muchas mujeres suramericanas han sucumbido frente a su poder entre ellas, las colombianas que parecen embrujadas por los instrumentos de percusión al punto de obligarlas a coordinar con precisión en medio de una especie de trance, cuyas notas musicales son un Dum (nota del sol) tac (re) una elevación de cuatro u ocho tiempos entre una métrica grave y aguda.
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Leer “Memorias de una bailarina” es adéntrense en la magia de ritmos desconocidos, es adquirir conocimiento de una manera sencilla, amena, solida, es un paseo por las “Mil y una noches” es un viaje al pasado en las vivencias de una bailarina quien entre el folklore oriental nos documenta acerca de una hermosa tradición milenaria. Para Angie, su libro va más allá de aprender sobre nuevos compases o movimientos sino en adentrase en un linaje histórico, comprender su contexto, su símbolo, su tradición desde una conexión con la música y la espiritualidad. El viaje de Angie en la escritura empezó por el conocimiento de diferentes estilos dancísticos, que llevados a la práctica estacionaron en el clásico y concluyeron la odisea en el folklor, siendo ella testigo de primera mano de la diversidad y versatilidad de una danza milenaria que trasciende las barrearas geográficas, socioculturales e incluso cronológicas.
Finalmente, es un tributo a las mujeres como lo expresa la escritora dedicada a quienes encontraron en la danza árabe una forma de empoderamiento y encuentro con su sagrado femenino. Asimismo, es una invitación a explorar el maravilloso camino de la danza oriental, donde cada movimiento es un encuentro y una celebración de la vida y de la libertad de expresar con el cuerpo. Como siempre, los invito a conocer Angie Fandiño Gamboa, una ingeniera industrial y bailarina que ahora se abre paso en la investigación al romper el estereotipo social decadente de la belleza versus inteligencia. Así nos demuestra que el corazón, el alma, el espíritu, el físico y la intelectualidad en el género femenino suelen ir de la mano y se reflejan precisamente en las “memorias de una bailarina” entre el arte y la investigación el tapiz de un mundo mágico parece iluminar el camino de la mujer.
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