Por: Mónica Andrea Rodríguez Ospina– Lic. Humanidades y Lengua Castellana- Magíster Creación Literaria
La danza al igual que la música, es la expresión profunda del ser humano, a través del lenguaje corporal enunciamos sentimientos, emociones, vivencias. No obstante, hay manifestaciones que resguardan una herencia cultural única que pocos comprenden porque desconocen su esencia, la raíz histórica; primogenérica de los pueblos que anteceden la era clásica y una de estas líneas es la danza del vientre.
En ella, encontramos la mezcla de la tradición oriental con África, en los pueblos levantinos además de ser un legado artístico es un legado espiritual. En su lengua es llamada Raks Sharkí, que literalmente traduce danza del vientre. Sin embargo, los occidentales también hemos heredado en medio de la hibridación cultural parte de ese camino, contrario a lo que se piensa tenemos raíces de Egipto, Líbano y Turquía. Originalmente, era una danza ritual entre sacerdotisas, que deseaban elevar la energía de su sagrado femenino, entendiéndose que la energía femenina es creadora y en el culto de la fertilidad, la energía del amor, un espacio ceremonial para dignificar a la mujer, un lugar sagrado para acercase a lo divino.
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Hoy hablaré de Diana Marcela Gacha conocida en el mundo artístico como Daleia. Una sacerdotisa del templo del Nilo, que ha dedicado su vida a dignificar y dar a conocer la danza del vientre, derrocando las nociones erróneas frente a la cultura y el pensamiento occidental del Raks Sharki. Pues, está muy lejos de ser una danza enfocada a la sexualidad. Si bien, es muy sensual, la expresión del cuerpo es seductora por la naturaleza femenina, por su relación directa con los ciclos de la luna. Daleia lleva un promedio de once años dedicada a la danza y ocho años bailando danza árabe, participando en eventos, competencias y presentaciones artísticas que resaltan su conocimiento del enfoque oriental.
Asimismo, es multifacética y es también modelo de boddypaint y fotografía artística medio en el cual se ha dado a conocer a través de eventos como Arte y Cultura en Compensar en el 2022, Festival Arte y Belleza en Corferias el mismo año. Su proyecto de modelaje nació en el 2020 y a pesar de llevar poco tiempo en esta línea, se denota su crecimiento artístico y su profesionalismo.
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Daleia es fuego en el escenario, es la tierra fértil, es el aire en las alas de la diosa Isis, es la pureza y frescura del agua, es creativa, recibidora y visual, es el infinito del éter, es la dicotomía y la dualidad de lo femenino, es desorbitante verla bailar, se fusiona en los cinco elementos de la mujer en un ritual dancístico, que parece que nos trasladara al antiguo Egipto y viésemos en ella a la diosa Isis o a la diosa Hathor, en una representación mortal. Para ella, las mujeres deberíamos practicar danza del vientre, darnos la oportunidad de conocer una de las pocas manifestaciones que contribuye a la salud pélvica de nuestro cuerpo biológico pues, en cada movimiento ondulante, circular, fortalecemos nuestra matriz y útero. No obstante, más allá de eso, nos permite tener un acercamiento con nuestra esencia natural que no se limita únicamente a la belleza física y que nos sumerge en la belleza espiritual, una belleza degradada en los tiempos modernos pero que es la base de lo femenino. Como siempre los invito a conocer un poco acerca de la danza del vientre y el trabajo de una increíble bailarina y representante del género oriental.
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