Hoy en día, es importante hablar del docente como una figura relevante a nivel global, una tendencia disonante en pleno siglo XXI que motiva la reflexión crítica de la función de los educadores dentro y fuera del aula de clase. Si bien, estamos en una generación liderada por la inteligencia artificial (IA) no se puede desconocer que gran parte de los saberes proceden de una tradición oral, justamente en medio de una pizarra y un sinfín de mundos paralelos, sumerge Gina Alexandra Murcia Pérez, una educadora que desafía los métodos tradicionales de la enseñanza, sin entrar en la dicotomía propia del medio.
Es decir, Gina valora la educación habitual, pero es consciente de la importancia de ampliar el campo de conocimiento de la educación actual. Su línea de formación básica es psicología y pedagogía. No obstante, siendo una mujer académica decidió avanzar a nivel profesional con la maestría en neuropsicología y educación cuyo enfoque, le ha permitido obtener a sus estudiantes éxito independientemente de las condiciones del contexto sociocultural o económico. Ser maestro es un reto y Gina se enfrenta a él, comprende que cada niño puede presentar estilos de aprendizaje diferentes que requieren de vocación, amor, paciencia para suscitar en los educandos la intención de aprender. Por lo cual, es importante, valorar cada saber desde múltiples condiciones; convertirla en un desafío inmediato, en la búsqueda de la mejora continua de la calidad educacional de nuestro país, al interdisciplinar dos campos de acción aparentemente muy diferentes pero enlazados entre sí, aportando orgullosa la estrategia adecuada de una verdadera inclusión por encima del discurso.
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Para nuestra protagonista, el objetivo principal de los docentes, debe ser el constante aprendizaje en diferentes disciplinas, que permitan correlacionar de manera efectiva e impactar a los niños y jóvenes positivamente dejando huella en su ser, saber y hacer. La necesidad de renovar los procesos convencionales le nace a partir de la pandemia, al concebir un fuerte cuestionamiento anverso al cómo se puede deslumbrar a los educandos fuera del aula de clase y del cómo transformar la educación en un medio significativo que en verdad rescate el concepto de vocación en los educadores.
Por ello, hizo parte del conocido Proyecto “Jornada Completa” basado en ampliar las posibilidades de aprendizaje de los estudiantes, garantizando los derechos básicos de educación al fomentar amor por el conocimiento en equidad e igualdad de género. A través, de los diferentes espacios ofertados, Gina Alexandra, coordinó los planes curriculares puestos al servicio de los estudiantes colombianos, supervisando los niveles de pedagogía, estrategias, técnicas de enseñanza – aprendizaje más allá de la academia. Dicho proceso, abarcó áreas de formación basadas en el porrismo, banda de marcha, natación, ciencia, desarrollo psicosocial, tecnología y robótica. Igualmente, la literatura y escritura como uno de los mayores centros de interés que permitieron a los estudiantes acercarse a una de las artes más sensitivas y que generó encuentros literarios con escritores reconocidos, trascendiendo en los estudiantes e impulsándolos a indagar como lo diría Gina – “en las realidades que todavía no se han escrito” han permitido rescatar el propósito de vida de quienes hoy, son profesionales en formación y seguramente brindarán todo su saber a las futuras generaciones. Los jóvenes que participaron en el proyecto convirtieron su legado en el fundamento que les permitió reconocer sus dones, talentos y habilidades para optar por un título académico enfocado en sus destrezas vocacionales. Quizás por ello, me atrevo a exaltar la labor de nuestra educadora cuya meta siempre ha sido trascender en los estudiantes al cumplir un verdadero rol docente.
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Pocos educadores tienen la convicción y la certeza del estallido colateral de su trabajo, pocos comprenden la importancia de un educador amante de la investigación profunda, observando la situación del argumento actual, al evocar al sistema educativo como una fuente de derivación cardinal en la estructura sociocultural. Su esfuerzo rindió frutos con el reconocimiento otorgado al equipo de banda de marcha y porras de la institución en la que labora. Gina en este momento, se encuentra en proceso de formación con la universidad Cuauhtémoc de México realizando un doctorado en Ciencias de la educación cuya finalidad además del crecimiento profesional y económico, es brindar sus saberes al beneficio de los estudiantes y docentes que requieran de su guía. Por lo cual, siendo una mujer multifacética e interdisciplinar también apoya el sindicalismo como un medio de liderazgo que le permita a los docentes estatales conocer sus derechos y deberes fundamentales sin excluir o manifestar preferencias entre colegas del sector público y privado. Pues, todos los pedagogos tienen formación, experiencia e impacto en los estudiantes, cree firmemente que el magisterio debe ser “UNO” un solo ente regulador que respalde y cobije a los docentes del país y cuyo beneficio, sin duda, sería una alta calidad educativa. Los invito a conocer a Gina Alexandra Murcia una educadora digna de admirar y de quién debemos aquellos que nos dedicamos a la docencia, aprender de su gestión.
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