By Por: Mónica Andrea Rodríguez Ospina– Lic. Humanidades y Lengua Castellana- Magíster Creación Literaria
Hay quienes tiene la capacidad de afrontar diversos obstáculos con una fuerza inimaginable, una fuerza que brota de lo más profundo de su interior en situaciones extremas, inusuales, desafiantes e incluso dolorosas, es un juego similar a la guerra, donde la guerra no es un juego. En medio del sufrimiento nace la virtud a veces con triunfos incluidos y muchas veces con derrotas.
Todos de alguna manera, hemos sido gladiadores en medio de la adversidad y todo lo que se suma a la vida es experiencia, quizás sea una condición innata del ser humano buscar soluciones en medio del peligro, quizás el condicionamiento sea social, o quizás la fortaleza de muchos sea una inspiración para otros.
Justamente en medio de tantos azares vitales nace Ángela Liliana López Pedraza, una mujer poderosa que nos enseña a través de su historia de vida a valorar cada bendición recibida, a emprender sin importar los infortunios, a dejar en segundo plano las excusas y las limitaciones mentales.
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Estudió Salud Ocupacional en la Universidad del Tolima, es técnica en secretariado del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y nunca fue un impedimento su condición de discapacidad para enseñarnos a valorar lo bello de la vida, puesto que Ángela se desplaza en silla de ruedas. Su vida no ha sido fácil desde la gestación, sufrió de una hipoxia cerebral que terminó con gran parte de las neuronas encargadas de la movilidad de sus piernas. En su periodo de crecimiento, a la edad en que los niños viven de los sueños y la fantasía tuvo que madurar, debió someterse a varias cirugías, entre ellas por luxación de caderas. Aprender a valerse por sí misma con tratamientos de terapia física y ocupacional, usar un bitutor similar al que utilizaba Forrest Gump hasta la cadera; durante algún tiempo su educación fue a través del Instituto Roosevelt y allí se determinó que su coeficiente intelectual es incluso más alto que el de una persona del común.
En la escuela también tuvo que aprender a desafiar los retos propios de los niños de su edad a la par de las constantes cirugías de cadera y de pies en aquella época en que la mayoría disfruta de sus vacaciones. Su lucha era sobrevivir a la recuperación de una enfermedad progresiva que retrae los músculos y de la cual, también se sometió a una nueva cirugía de alargamiento de flexo- extensores de rodillas que en sus palabras ha sido uno de sus más grandes desafíos. Largas noches, largas recuperaciones en torno a su existencia, más de veintisiete cirugías incluyendo tres por estrabismo óptico no han delimitado los sueños y la resiliencia de una mujer que abofetea con hechos y no con palabras a quienes maldicen su suerte.
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Gestión Cultura y social en Soacha
Una mujer que es y será un ejemplo de vida para el municipio de Soacha, Cundinamarca, al lado de ella, no hay excusas para limitarse en la búsqueda de las metas y la realización de los sueños. Es gestora cultural y facilitadora en el proceso de desarrollo del Sua Rock y otros festivales independientes enfocados al rock y metal, además de participar activamente en el 2017 en el proyecto “Batería sobre ruedas” basado en una investigación metodológica de Raúl Peñaloza, ex baterista de la banda local Terminal War en la que se le enseñó a tocar batería a personas en condición de discapacidad, acontecimiento que se llevó a cabo en Kaoz Bar. Ha realizado procesos de veeduría ciudadana al contribuir a la revisión de las convocatorias y al respeto que se merecen los artistas, incentivarlos a participar en las reuniones de Secretaria de Cultura y promover el arte en el municipio de quienes participan en dichos programas.
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Como facilitadora cultural, promueve los espacios de esparcimiento de las personas en condición de discapacidad a través de juegos de mesa inusuales entre ellos: Carcassonne, Catán, Splendor, Space Base, Cascadia, Century, Stone Age, también juegos colombianos como el TCG Relick, Turisteando, Looney Lap, Takyon, Hot Pota-toh, Abuela Co, Focus, a fin de provocar un fuerte impacto social en la salud mental de la comunidad. En palabras de Ángela, las personas en general necesitan desplegar sus competencias blandas, desarrollar habilidades de concentración, memoria, observación, toma de decisiones y direccionamiento estratégico que les permita mejorar la calidad de vida. Siendo la única persona en silla de ruedas que ha participado en las reuniones de juegos de mesa tanto en Soacha como en Bogotá es pionera en los procesos de inclusión social.
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Gestionó varias rutas de Transmilenio con la finalidad de ayudar a la comunidad en general, pero especialmente a la comunidad discapacitada, en la que solicitó a través de un derecho de petición de veinticinco puntos que se implementaron nuevas rutas, que permitieran mayor movilidad a los habitantes del municipio y municipios aledaños que utilizan la estación de San Mateo, logró por medio de una mesa de trabajo en febrero del 2020 antes de la pandemia gestionar la ruta L41, G41 que llega hasta la estación Bicentenario. Sigue en su proceso de luchar por el bienestar municipal. Angela nos enseña que, como ciudadanos tenemos la obligación de opinar, tramitar, negociar todo aquello que es un derecho legítimo. Asimismo, por medio de la mesa trabajo con Transmilenio busca optimizar la ruta G46 y validar la construcción del lote 1 para amplificar las líneas de salida. Una actriz principal tras el telón de la existencia.
Un ejemplo de vida, de perseverancia ante las adversidades que nos plantea el universo y nuestro propio entorno al hacer de nuestra comunidad un lugar mejor para todos y sumergirnos en una verdadera inclusión social. El mensaje del articulo de hoy es empatía con las personas en condición de discapacidad, una condición en la que cualquiera de nosotros, amigos, conocidos o miembros de nuestra familia podemos llegar a estar. Una invitación a ver más allá de nuestras propias limitaciones y problemas para ser actores de nuestra propia vida y hacer del mundo un lugar increíble.
Imágenes cortesía López.
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