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Por Johan David Arwi

En occidente hablar de la Mutilación Genital Femenina-MGF no va más allá de ser un tema escabroso y que atenta contra la violación de los derechos humanos. Un asunto que cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud OMS que tipifica, señala y alerta sobre las consecuencias de su práctica detectada en comunidades y pueblos en África, Asia y en los últimos años en Latinoamérica, en Colombia, con el pueblo Indígena Embera.

Todo ello ha generado polémica y rechazo que ha permitido el surgimiento de organizaciones quienes mediante acompañamiento, charlas y campañas “educativas”, en países y comunidades, buscan erradicar la práctica en el mundo.

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Tipo de MGF mundo Fuente: Médicos del Mundo

Clitoridectomía, escisión, infibulación, son formas de MGF que consiste en la extracción de una parte que compone la vagina, exactamente el clítoris, labios inferiores o mayores en un ejercicio ritualizado y con diferentes significados propios de los pueblos pero que son cuestionados por tratarse de asuntos con implicaciones científicas y que además atenta contra la libertad del ser y sentir.

Para la OMS  «La MGF no tiene beneficios para la salud, y aquellas niñas y mujeres que han sufrido el procedimiento están en mayor riesgo de sufrir consecuencias inmediatas, a corto o a largo plazo, con posibilidad de afectaciones para todo el curso de su vida».

El Fondo de Población de las Naciones Unidas-UNFPA asegura además que, más de 4 millones de mujeres y niñas en el mundo, corren el riesgo de sufrir MGF y que podría ascender debido a conflictos, pobreza y la desigualdad por lo que es importante el trabajo colaborativo interinstitucional para su erradicación.

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Mujeres Embera Foto: Freddy Martín Cabarcas 

Colombia

En marzo de 2007, en el país se conoció la noticia de la muerte de por lo menos dos niñas Embera debido a graves infecciones tras un procedimiento de mutilación en zona genital, lo que trajo la atención pública de la práctica y  encendió las alarmas de entidades como el Fondo de Población de las Naciones Unidas- UNFPA quien asumió el liderazgo en este proceso,  el ICBF, entre otras entidades. 

La práctica es conocida por el pueblo indígena embera, ubicado en gran parte del pacífico y departamentos como Risaralda,  con el nombre de  “corte de callo” o “curación”, un ejercicio ritualizado y discreto entre madre, hija o abuela, que responde a evitar que los genitales de la niña crezcan y tomen forma de los de un niño, esto asociado además a relaciones de género donde el hombre predomina en la cultura.

“Es por eso que acostumbraban cortarlo porque si se los cortan, no se excitarán sexualmente, entonces uno solo toca tener un marido en la vida, no ver nadie más ” dijo para UNFPA, la señora Irene Guasiruma Rioverde del pueblo embera.

Erradicando la práctica

A partir de allí empezó un despliegue de programas y proyectos mancomunados con los cabildos y pueblo embera para analizar la situación de salud y los derechos de las mujeres, como  ‘Embera Wera’, que trabajó, según el informe del proyecto, con cerca de 25.000 indígenas de los resguardos en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató- Risaralda. 

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Proyecto Embera Wera participación pueblo Embera y entidades oficiales. Foto: Freddy Martín Cabarcas

“Lo más difícil ha sido concientizar a las mayoras sobre la importancia de eliminar esta práctica porque sus creencias sobre este órgano genital (clítoris) de las niñas están muy arraigadas”. dijo para UNFPA , Solani Zapata, lideresa Embera Chamí, del Resguardo Indígena Marsella en Risaralda.

Según información de la Asamblea departamental de Risaralda que le fue  solicitada a la ESE Hospital San Rafael Pueblo Rico en el 2021, entre el 2005 y 2020 se registraron 141 casos de MGF en comunidades indígenas en el territorio, lo que ha hecho que hasta la fecha se trabaje en una ordenanza que complemente  las acciones que se han venido adelantando. 

Asimismo, el Instituto Nacional de Salud confirmó que en el año 2021 se presentaron varios casos de MGF en diferentes territorios del país y ajeno a los pueblos indígenas,  La Guajira (3 casos), Santa Marta (2 casos), Antioquia (2 casos), Cartagena (1 caso) y Risaralda (1 caso)  respondiendo a severos casos de violencia sexual.

Acuerdos

Entre el 2012 y el 2017, los pueblos Embera de Pueblo Rico y Mistrató (Risaralda), Trujillo  y Embera Chamí (Valle del Cauca) declararon públicamente y pactaron su compromiso para abandonar la práctica.

¿Qué implicaciones culturales trae para el pueblo embera? ¿Se ha venido satanizando la práctica?

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¿Prejuicio occidental o liberal?

Desde una mirada antropológica el trabajo del antropólogo Carlos David Londoño Sulkin, Doctor en Antropología Social de la Universidad de Saint Andrews, a través de su ensayo Circuncisión Femenina: La antropología y el liberalismo presenta una noción que deja entre ver la manera desde la cual se está tratando el tema en el mundo, cuestionando además las actitudes liberales que se promulgan y su relación con el mismo.

Londoño asegura que la intención que se tiene con la circuncisión femenina (como denomina la MGF) es igual en todas partes del mundo y que no puede resumirse únicamente a argumentos u asuntos de carácter religioso y de juicio patriarcal.

Lo anterior, teniendo en cuenta la experiencia de su colega Fuambai Ahmadu, activista e investigadora estadounidense de origen sierraleonés, quien ya de adulta se sometió a la intervención, propia de su cultura, y ha asegurado en diferentes escenarios académicos no haber tenido implicación alguna, su vida sexual activa y normal, contradiciendo en gran medida la tesis occidental.

Sugiere además como los Kono, una etnia en Sierra Leona y de la cual pertenece Ahmadu, la práctica milenaria se realiza tanto en mujeres como hombres, de manera consciente y bajo una concepción cultural en el que los individuos se vuelven maduros y sabios, además de ofrecer beneficios de higiene. 

«Los kono son un ejemplo de un pueblo que difiere en sus consideraciones al respecto. Hombres y mujeres hallan que los genitales circuncidados son más limpios y bonitos y que los no circuncidados tienen apariencia infantil y son susceptibles al escozor y al mal olor.» menciona Londoño

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Étnica Kuno Sierra Leona-África. Foto: Médicos Internacional

Otro de los puntos que trata este trabajo académico es  la poca información y estudios sobre las implicaciones que se sustentan desde la OMS y lo exagerado que ha resultado el asunto para occidente, sobreponer de manera generalizada la ciencia sobre el sentir, la experiencia y significado del ser.

Contrasta al igual algunos  casos en Estados Unidos o Europa donde personas se someten a todo tipo de cirugía estética con tal de rejuvenecer la zona genital y que implica el retiro y reconstrucción de alguna/s  parte de la vagina, así como acceder a perforaciones para pircings, expansiones y tatuajes, intervenciones que no son juzgadas sino que más bien se califican como moda, presentando entonces estas acciones, que se promueven desde las culturas dominantes, como válidas.

Aquí una entrevista que realizó la BBC NEWS a la Dra. Fuambai Ahmadu quien compartió y debatió su experiencia.

Re educación o interculturización 

Ante esto es posible mencionar lo subordinado que posiblemente ha resultado para el pueblo indígena Embera concebir todo tipo de acciones que cuestionan y señalan las conductas como ambiguas y salvajes, que se han buscado “enderezar” con discursos y ejercicios de “re educación” donde además se pactan compromisos como si se tratase de una condición para poder convivir. 

«Los mandatos Embera son acuerdos de las Autoridades legales y Espirituales Indígenas en los que se comprometen con la erradicación de la práctica de la mutilación genital femenina o ablación, amparados en los derechos humanos y la no discriminación, con el propósito de reivindicar la unidad, la hermandad y el respeto por el derecho de las mujeres, las niñas y las jóvenes». (ONIC, 2019).

Aunque los espacios han contado con enfoques para el trato intercultural, es importante el entendimiento para la no realización de prejuicios, como lo dice Lejandrina Pastor Gil, Consejera de Mujer, Familia y Generación de la ONIC : “Se requiere sobretodo mayor esfuerzo a la luz de la espiritualidad, conversar con las practicantes y familias desde su saber, lenguaje y territorio propio, a fin de minimizar el impacto y así reinvertirlo hacia el fortalecimiento cultural”.

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Sobre las libertades

Algo que superpone el académico es la cuestión de libertades, se ha venido promoviendo desde occidente ideas liberales que exponen que la MGF atenta contra la libertad de decisión, sexual y reproductiva de mujeres y niñas, por lo que resulta entender entonces que las concepciones liberales limitan o no tienen presente estos casos para los que el autor hace un llamado:

«Sugiero que las causas liberales lidien con vigor con esos casos y los patrones que pueda haber en ellos, con investigación empírica dispuesta a cuestionar sus propias premisas, pero que no busquen de manera intolerante y antiliberal la supresión total de todas las prácticas mal llamadas “mutilaciones” genitales femeninos.» puntualiza Londoño

Así pues, qué resulta  importante el llamado para evitar señalamientos y fortalecer el diálogo intercultural que permita el conocimiento de usos y costumbres que hacen parte de la identidad de un individuo que forma parte de un grupo y que garantice los mínimos vitales para convivir. 

La perspectiva intercultural, en el marco de una sociedad multicultural, como Colombia es fundamental para la promoción de escenarios para la convivencia, el entendimiento y donde se pueda compartir el conocimiento, ideas y saberes ancestrales que nos invite a llegar a consensos.

Foto Destacada: Freddy Martín Cabarcas 

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