By El término danza ha sido utilizado para designar diferentes conceptos e ideas siendo difícil la adopción de un único significado que describa con rigor la globalidad del término. Son múltiples las acepciones asociadas a la palabra danza, algunas de ellas, pueden ser técnicas o coreográficas. No obstante, es complejo dar un significado global cuando se encuentran más cercanas al extremo pragmático del término.
Otras, como son creación corporal, arte, se polarizan hacia el sentido más expresivo o estético del concepto. Debemos entender que el significado de la palabra varía según la cultura, la época y que el término actual no puede recoger el amplio espectro de significados que ha tenido a lo largo de la historia (Urbeltz, 1994). La palabra danza aparece con frecuencia vinculada a la agitación, al espíritu y a la naturaleza primaria del ser humano.
Allí en medio del concepto racionalizado, en una época en que la ciudad del Dios Varón cubría sus calles de polvorientas emociones, una mujer cambió el paradigma y le enseñó al mundo desde 1986 que en cada movimiento corporal la esencia del alma late con eufórico amor, sin importar los estereotipos sociales que limitan en ocasiones los sueños.
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Una maestra de danza, protagonista de su propia historia
María Isabel Sánchez hizo del suyo una realidad, convirtiendo a la niña que jugaba a escondidas de su madre, agudizaba sus sentidos mientras se deleitaba con las revistas que plasmaban el misterioso mundo de las bailarinas en la libertad de las pequeñas figurillas recortadas que reflejaban su cuento de hadas y abrieron las alas de la mariposa al convertirla en la mujer que es hoy; la protagonista de su propia historia, una educadora capaz de guiar a sus estudiantes en un viaje a través de la naturaleza del folclor al incorporar los valores de la sana convivencia y la brutal diferencia entre el trabajo en equipo y el trabajo en grupo.
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Escucharla hablar, es similar a desplazarse en el tiempo, sus ojos brillan con nostálgica pasión al remembrar la primera vez que visitó Soacha en medio de las fiestas patronales de San Bernandino sin saber, que haría parte de la historia del municipio y que su nombre sería grabado en piedra y fuego a largo de 38 años de trabajo, dedicación, disciplina y amor con la Fundación Artística y Cultural Sol y Luna Agrupación de danza folclórica colombiana.
Cada paso dancístico ha construido su legado histórico al envolver varias generaciones que aún siguen bailando. María Isabel Sánchez, es licenciada en artística egresada de la Universidad Francisco de Paula Santander de Cúcuta y gran parte de su misión fue formar a los estudiantes de la Institución Educativa Las Villas anteriormente llamada Colegio Municipal Francisco de Paula Santander, donde son incontables sus logros. Dieciocho festivales de danza con más de setecientos estudiantes por año, desde 1994 hasta el año 2014 su visión siempre ha sido generar un intercambio cultural enseñando a los jóvenes a crecer y creer en el arte prueba de ello, son los Intercolegiados de danza, los grupos independientes y el ser instructora de danzas en la Asociación Nacional De Pensionados (Anpiss) que fortalece día a día su linaje artístico.
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Los tres mosqueteros, avivan el fuego de la naturaleza creadora de María
Su sueño es una construcción colectiva, en la que participan sus hijos fortaleciendo los cimientos y materialización del proyecto, quienes han contribuido con el impacto social a través de su gestión y roles desempeñados en la fundación. Los tres Luis son los tres mosqueteros, avivan el fuego de la naturaleza creadora de María. Luis Armando Casilimas es bailarín y fundador, Luis Damián Casilimas es bailarín y diseñador, Luis Gabriel Casilimas es bailarín, coreógrafo y representante legal, sobre ellos recae la fortaleza de su madre y les pesa el apellido Sánchez, como pesa el sol y la luna en el corazón con total admiración en la mujer que los gestó, los apoyó e hizo de ellos los hombres que ahora son.
Muchos habitantes del municipio, hemos escuchado el retumbar del nombre de la fundación, pero también, desconocemos el bombazo sociocultural de la misma, desconocemos como el manejo de paso, el movimiento de una falda, el ritmo puede abrir un sinfín de posibilidades a una población carente de ellas. La escuela artística, fortalece los valores y los buenos hábitos en la población general que participa de los procesos de formación. Niños, jóvenes, adultos sumergidos entre luces y una tarima que aumentan su autoestima y seguridad además de comprender el origen de nuestras danzas que como lo explica María Isabel son tri-étnicas producto del mestizaje entre el pueblo indígena, africano y español cuyo origen nace de la experiencia del ser humano con la forma de expresar y la religión.
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Una vida dedicada a la danza
Hallar en Soacha, personas dispuestas a dedicar su vida a la formación cultural es complejo, sobre todo porque estamos inmersos en una sociedad mediática, que poco o nada le interesa la labor altruista. Justamente María Isabel a dedicado su vida a danzar y profesionalizarse en lo que ama, es una mujer culta, envolvente que conoce su oficio y destella pasión en cada palabra como lo hace al enseñar los ritmos tradicionales propios de nuestra tierra, aunque a veces, no se cuenta con los espacios y los recursos económicos suficientes no deja de proyectar a la Fundación Sol y Luna como una de las máximas embajadoras de la danza en Soacha y Colombia.
La fundación es sin ánimo de lucro desde el 2009; constituida por la voluntad de quienes han aportado para mantenerla vigente en beneficio de quienes, como ella, han soñado con ser en un futuro cercano bailarines profesionales o simplemente encontrar el propósito de su vida en cada paso, rescatando el legado cultural de nuestros ancestros como parte fundamental del patrimonio histórico del municipio y del país.
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María Isabel es una mujer romántica cuyas metáforas al expresarse dejan ver su corazón, “sueña con hacer volar a miles de niños dentro de la danza” quizás porque es consciente que dedicarse al arte no es tarea fácil en medio de una comunidad cuyo fin es el dinero porque sin él, es difícil sobrevivir en la selva de cemento.
Son bastante los reconocimientos que la fundación ha obtenido a lo largo de estos años de prodigiosa labor; entre ellos: Campeones de Carranga Parque en Bogotá, tercer puesto en comparsa (2023) en la apertura del festival Sol y Luna. En el (2021) la fundadora y directora de la fundación recibió el reconocimiento a “Toda una vida” otorgado por Soacha Cundinamarca en la convocatoria Suarte – “Reconstrucción de la memoria artística de Soacha” y quizás una de las menciones honoríficas más importantes que puede conceder el municipio y como lo pronunció María Isabel en su discurso: “ustedes lo llaman toda una vida, yo lo llamo sueños realizados” .
Los invito a conocer a la maestra María Isabel Sánchez, una de las gestoras culturales más destacadas del municipio de Soacha, Cundinamarca, cuyo legado ha cambiado el estigma abriendo los sueños de quienes como ella, buscan aportar a la sociedad.
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