Por: Mónica Andrea Rodríguez Ospina
Empecemos con un juego de palabras, una concatenación y cacofonías con previa alevosía, porque la literatura como todas las artes a través de sus figuras retóricas nos permite involucrarnos en un sinfín de posibilidades.
Hay cuentos de cuentos, cuentos que se repiten, cuentos de amor, de príncipes, de hadas, de lo metafísico y de lo físico. Muchos erróneamente, no tenemos un concepto claro de lo que es un cuento y mucho menos de los juegos de palabras implícitos dentro de una narración, juegos rodeados de rimas consonantes, juegos necesarios para abrir la imaginación. Hoy hablaré de un literato extraordinario, quien nos enseña que la literatura infantil es compleja de crear por la multifuncionalidad que trae consigo y es aún más compleja cuando genera un paralelismo con los adultos. Dicho de otra manera, una narrativa para todo clase de lector.
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Gabriel Emilio Hernández es un arquitecto, pintor, ilustrador colombiano que nació el 1 de mayo de 1976 en Sincelejo Sucre, cobijado por una sensibilidad única para las artes como si fuese descendiente de las diosas inspiradoras de la antigua Grecia. No es un desconocido dentro de las artes plásticas, ha participado con la Federación Mundial de Gestores Culturales destacando con su trabajo e influencia sobre las tendencias del arte contemporáneo en la 1ª Bienal FMGC Culiacán México 2023.
Asimismo, en la Primera feria del Libro de Sucre “Universo de voces y Letras” con el taller de personajes “Desde el mundo Creativo, personajes que narran” en el 2022 dirigido a la comunidad. Pocos nacen con un talento integral, un corazón noble y una disciplina férrea. Pocos transmiten emociones de la manera en que él lo hace, pocos se atreven a incursionar el género filosófico y en la narrativa infantil en un mismo plano. Pocos se atreven a ilustrar su propia obra… ¿Ahora comprenden a qué me refiero? Ser artista, flexible y humanizado es verdaderamente un caos en estos tiempos…
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“Un mundo para uno y para todos”
“León Enamorado” es su primera obra narrativa y es también un libro álbum. En ella, encontramos nuestra idiosincrasia en un conjunto de símbolos que reivindican el relato infantil. Es un personaje que rompe los esquemas tradicionales y los imaginarios del colectivo, cada palabra, cada frase dentro de esta obra nos invita a una reflexión sobre el amor “Un mundo para uno y para todos” como lo manifiesta Gabriel, un mundo con la capacidad de comprender la magnitud y la influencia que tenemos sobre los demás.
El mundo de León Enamorado, nos enseña a responsabilizarnos sobre nosotros, a respetar las libertades, a reconocer la felicidad como una construcción diaria que se manifiesta a partir del entorno y la relación con la amistad y el amor propio. Esta obra, de aparente carácter infantil produce en el lector un sinfín de preguntas cuya respuesta se encuentra en cada simbolismo e ilustración de la misma.
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Cuando se es pintor y escritor al tiempo, se profesa un amplio rango entre la sintáctica y la semiótica cada escala de color, cada gráfico es una parte fundamental de su creador lo cual, nos permite como lectores tener un acercamiento real con lo que nos quieren expresar. El abordaje de esta obra es impresionante, un paso que no tiene muestra alguna de improvisación.
Es evidente, que el autor del León Enamorado deja una parte de su esencia en cada tramo. Los matices del libro álbum nos permiten visualizar la ficción de la narrativa desde diferentes perspectivas utilizando un lenguaje sencillo pero naturalista, propio de un texto filosófico.
Gabriel es sin duda, un Saint – Exupéry colombiano con un estilo único e incomparable, que más allá, de emplear las metáforas como parte de su estilo literario, adiciona una lectura apasionada del diseño que nos invita a explorar los alcances creativos de la conceptualización del lenguaje connotado y de los paradigmas del lenguaje no verbal. Su narrativa dulce, pulcra, serena, sin preámbulos, es una verdadera sinestesia, un manjar para los sentidos y una sinonimia para el espíritu.
Este cuento es más que un cuento y de su autor hay mucha tela que cortar… Habrá entonces, que abrir un nuevo espacio en el que próximamente les hablaré de sus habilidades como artista plástico.
Por ahora, no me queda más que agradecerles por la acogida a la columna e invitarlos a explorar con sus sentidos el mágico mundo de Gabriel Emilio Hernández.
Finalmente, cierro con la dedicatoria de su obra “A quienes quieren amar a sus amigos, su pareja, la vida, la tierra y al Creador” a ellos, los espera un “León Enamorado».
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Imagen destacada: Cortesía Gabriel Hernández
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